viernes, 9 de enero de 2009

Cruzando la misma senda


Ayer recorrí uno de los caminos en los que alguna vez guarde silencio
para poder escuchar el latido del corazón humano y la madre tierra,
un camino que encuentro casi igual: el potrero, el río, el pinar...
los ángeles de colores y cantos, y en el espesor del bosque
el aullido más fuerte de estas selvas andinas.

Ya han pasado inviernos y veranos para que las semillas sigan germinando,
como germinan en mi alma nuevos pensamientos y gestos anhelados...
y mi voz por vos, como pocas veces antes,
pretendiendo declarar lo que no hace falta decir cuando se sale a compartir
bajo el mismo sol, respirando el mismo aire, al cruzar la misma senda.

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